miércoles, 8 de febrero de 2017

El tiempo no regresa

El tiempo no regresa... Deberíamos vivir el HOY.

Todos lo sabemos, me dirán que no estoy descubriendo nada, sin embargo pocos realmente lo entienden, o entendieron, que el tiempo, para bien o para mal, jamás regresa.

Sin embargo es muy loco lo que nos pasa:

Vivimos acelerados en un mundo cada vez más apurado, como si no existiera un "mañana" (ese "mañana" generalmente siempre existe, hasta que nos vamos, por ese lado podríamos vivir más tranquilos, más pausados) pero en lo acelerado de este mundo actual, nunca asumimos o nos hacemos cargo de las cosas realmente importantes, que realmente valen la pena, esto es; lo que sentimos.

Nos ocupamos de "todo" (de todas las boludeces) pero nunca nos lanzamos a la aventura de vivir lo que sentimos. Y el tiempo pasa...

Podría ser que nos ocupamos de estas boludeces, o pequeñeces, para no escuchar nuestra vocecita en el inconsciente que nos dicta nuestros sentimientos, nuestras emociones. Aquello que realmente queremos. Aquello que realmente nos haría felices.

Y creo saber porqué...

Porque tenemos miedo de lanzarnos a una aventura, de avanzar en lo incierto, lo desconocido. De dar el siguiente paso. Porque el camino de enfrente, el camino hacia el futuro puede ser muy impredecible. Y al pedo queremos predecir todo, es preferible un "mañana no sé" que un "mañana sé" porque significa que no estamos enfrascados en una rutina, que realmente estamos viviendo, y la incertidumbre es parte del crecimiento. La incertidumbre nos ayuda, obligadamente, a tener que adaptarnos y de la mejor manera a las distintas situaciones. Es ahí cuando crecemos y nos elevamos como personas.

La incertidumbre del "mañana" es mejor porque nos ayuda a crecer, nos pone a prueba y a tener que sacar lo mejor de nosotros mismos, y de las situaciones.

La incertidumbre, además, nos paraliza (cuando no debería hacerlo, sino todo lo contrario, tendríamos que usarla como un motor que nos ayude a accionar, a ir tras lo incierto y encontrar certeza). La incertidumbre nos mantiene en el lugar donde estamos cómodos y nadie quiere perder cierta comodidad (rutina) alcanzada.

La incertidumbre también tiene que ver con la presión que sentimos al tener que accionar, actuar de alguna manera. Sobre la presión Serena Williams decía, al lograr alcanzar el récord de 22 grand slams, que la presión es siempre un privilegio. Porque la presión también nos ayuda a crecer y saca a relucir nuestra mejor versión. Soportar la presión es cosa de grandes. Y soportar la incertidumbre de lo que pueda pasar si nos lanzamos, si nos animamos, también.

Sobre la comodidad que mencionaba arriba. Qué bien nos vendría salirnos de esa comodidad, aventurarnos, probar y equivocarnos (si así debiera ser). Salirnos de nuestra comodidad implica, necesariamente, crecer. Poder equivocarnos, o no, como tenga que ser, en la búsqueda de la felicidad, en la búsqueda de lo que somos, de lo que sentimos.

La moneda ya está en el aire.

Y para bien, ya que el tiempo no regresa.

sábado, 4 de febrero de 2017

Ese beso

Esta ruta con curva y empinada, tranquila y semivacía, que siempre me acompaña como el gris tirando a blanco de una mezcla con alquitrán, hoy está diferente, esta noche está diferente. Hoy mirándola todo está bien, todo salió bien. Como la gente a la que le sucede algo a lo que no está acostumbrada, esto le genera dudas y ese es el problema. Porque siempre tiene que haber un problema, hasta cuando aparentemente todo está bien. Porque quisieras detener el tiempo exactamente en este instante donde las cosas están bien. Porque pensás que después el castillo de arena se puede derrumbar. Debe ser un instinto de supervivencia. Debe ser una forma de cuidarse, prevenirse ante cualquier situación que pudiera pasar, acorazarse para no dejar que algo después pueda desestabilizarte.

Y sí, somos así de boludos. No podemos tan solo disfrutar ese momento en que todo está bien sino que hay que resguardarse para cuando la ilusión se caiga y demuestre eso, que solo era una ilusión, una fantasía en algún lugar del inconsciente. Pensamos, qué mierda hago si después se pudre todo. Porque sabés como llegaste hasta ahí, sabés como todo está bien, pero no sabés como seguir, como continuar para que todo siga estando bien. Porque las situaciones nunca dependen solo de vos, existen muchas variables, personas, situaciones que inesperadamente se presentan y que luego hay que afrontarlas. Y por ahí lo difícil no es el hecho de lograr cierto bienestar, la dificultad se encuentra en mantenerla, igual estar bien es solo un estado mental. Pienso que se puede estar bien en cualquier situación si uno realmente se lo propone, si realmente lo quiere, lo busca. Lo que pasa es que, qué sentido tiene que todo esté bien? Cuál sería entonces el motor que nos haga seguir creciendo como personas. Porque si algo tienen las jodidas situaciones de la vida es que nos ayudan a crecer, de eso estoy seguro. Y será por eso que complicamos las cosas cuando todo está bien.

Lewis Carroll dice en Alicia en el país de las maravillas que "Para quedarte donde estás tienes que correr lo más rápido que puedas..." y eso se aplica a esta situación. Cuando está todo bien no podés relajarte, al contrario, hay que meterle pata para que todo siga así porque ahí cuando te relajás es cuando se pudre todo. Igual lo importante es no pensar que todo se va a pudrir en algún momento, ni quemarte la cabeza pensando en como podés continuar, que acciones tenés que tomar para que todo siga estando bien. Lo importante es vivir un segundo a la vez, disfrutar cuando todo está bien sin preocuparse por qué pueda pasar, y bueno cuando las cosas empiecen a ponerse mal recién pensar en qué hacer, es la mejor forma de vivir intensamente y de la mejor manera cada segundo de la vida. Por que eso es lo importante...

Dejarse llevar por la vida sin pensar tanto, tomar lo positivo de todo, y vivir intensamente cada segundo.

Sigo mirando la ruta semivacía y en medio de ella se dibuja, y desdibuja, intermitentemente, ese beso que nos dimos.

Ese beso que puede significar el comienzo de algo importante o demostrar con el tiempo que solo fue una ilusión, aunque en ese caso sería la mejor de las ilusiones. Ese beso sería, en ese caso, tan dulce como un blues amargo. Hoy todo está bien con ese beso, mañana no sé, ni quiero saber, la verdad.

Ese beso que puede hacerme pensar mil cosas, aunque prefiera no hacerlo.

Ese beso que puede ser chaparrón, pero también tormenta.