jueves, 21 de junio de 2018

Cosas locas

Se me ocurren cosas locas.

Por ejemplo, llegar juntos a nuestra casa a medianoche, después de un día agotador, pero al llegar renovar fuerzas y tener tiempo para nosotros y olvidarnos del mundo. Llegar juntos a nuestra casa y no tener que despedirnos en esa esquina donde vos vas a la tuya y yo regreso a la mía. Aunque nos separen menos de veinte cuadras, llegar juntos a nuestra casa.

Se me ocurren cosas locas. Que vengas a visitarme y quedarte conmigo todo el fin de semana. Que me cantes todas esas canciones que te gustan mientras yo, tontamente y ebrio, intento acompañarte de la manera más digna con la guitarra y esa púa que me regalaste.

Que veamos series y películas juntos. Que leamos el compilado de cuentos ese de Cortázar que compramos para ello, juntos, alguna vez. Que juguemos a las cartas y que con ellas hagamos trucos de magia. Cenar y tomar helado para seguir luego con un par de vinos. Que me hables de la vida, la luna y los extraterrestres. Que me abraces por detrás por algunas fotos que te regalé y yo no pueda girar para besarte.

Y tirar un colchón al suelo, abrazarnos. Y matarnos a besos mientras se van la luna y la noche. Matarnos. Y seguir, sin tiempo, al despertarnos. O, tal vez, viajar lejos de la ciudad a acampar bajo un cielo estrellado a orillas de un lago.

Cosas locas se me ocurren. Visitarte yo y darte mil y un besos en la cocina mientras cocinamos juntos, tarde en la noche, y tu familia duerme. Tomar whisky con un par de cubos de hielo, que me cuentes del mar, de nadar, y ese libro que estás terminando. Hacerte una grulla con alguna frasesita que intente pintar, mínimamente, aquello que siento siempre y a veces no te digo. Tomar un té bien amargo que me hacés probar por primera vez, al igual que esas exóticas comidas orientales que solo vos conocés.

Entre las cosas locas que se me ocurren está el vernos todos los días entre semana, cuando salís del trabajo y yo te busco. Olvidarnos de nuestras responsabilidades para no desperdiciar el tiempo, que es lo que hacemos el resto del tiempo cuando no estamos juntos. Olvidarnos de los escrúpulos. Y tomar ese helado que tanto nos gusta, en un shopping, hasta que los análisis digan que tenemos diabetes pero de tantos besos y tantas risas.

Se me ocurren cosas. Dejar que se nos haga tarde a la noche, ir juntos a esperar el bus, encender un par de cigarrillos, besarnos entre estelas de alquitrán.

Que avises en tu casa que llegás tarde. Y que dejemos pasar todos los buses, hasta quedarnos sin ninguno.

Se me ocurren cosas locas.

Besarte mucho, dije?

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