Habré escuchado en alguna o más canciones, que hablaban del mes de Abril, no sé que magia tendrá este mes, pero esto es lo que me hace escribir a mí hoy, 23 de Abril.
Puede ser que no te conozca lo suficiente, pero sí creo que bastante, muy a pesar mío lo necesario para que me hagas pensarte y escribirte unas palabras, por ejemplo. Me hacés pensar tanto, tanto que debía dejar plasmadas algunas cosas. Con esa indiferencia que usás, que te acerca y aleja más, que te debe costar o no, no sé, y tu forma hipnótica de dejarme colgado, con esa indiferencia yo no sé porqué quiero volver a hablarte, volver a verte. Tantos trucos que tenés, sos tan fulera, ya pienso que la movés en este juego, o eso, o realmente no entendés nada. Y mucho menos te importa.
Desde esa vez que fuimos a tomar helados y pediste chocolate con limón, dejame burlarme como aquella vez, me di cuenta que estabas loca, tan loca que me detuviste. Lograste que te sonría colgado en tu mirada, en tus ojos. En esa primera salida me contaste que eras vegetariana y recuerdo algunas locuras más. Todo en vos era locura, todo era raro, diferente. Con el tiempo, lastimosamente, se perdió ese brillo en tus ojos y pude encasillarte como una más del montón, descubriste entonces que tan rara no eras, que al final te gustaban las cosas que a todo el mundo le gusta. Que no digo, ni pretendo, que esté bien o mal, pero sí reconozco que me detuvo tu locura.
El segundo encuentro, como olvidarlo, de las mejores cosas que me pasó en la vida, hasta ahora, cuando ya terminó todo, me sigue sacando sonrisas ese momento. No son muchas las veces que tenés una noche fresca, despejada, la rivera de un río, una loca linda, y birras. Y en ese primer round, sí hubo besos campeones, la noche fue tan mágica que no amaneció. Hasta detuviste el tiempo hija de puta, y estar a la altura de la pasión que emanaban tus labios, fue encantador.
Sos, digo; fuiste, como aquel aire que respiramos juntos unos días después, poco antes del amanecer, fumando al lado del camino, felices, sin rumbo ni tiempo. No sé si por la noche que nos encontraba a solas o fue el aire o el espíritu de eso que me hiciste tomar. Pero si sé que el aire me incitaba a la lujuria y me invitaba sin preámbulos a quedarme un rato más con vos, un segundo más, un beso más. Es que me pasa, me pasaba cuando eras linda, que todo tiempo con vos se me hacía corto, todo tiempo con vos era poco, la pasión de tus labios no puede cronometrarse. Y nunca voy a entender porque uno intenta destruir, adueñándose, aquello que quiere.
Admiro tu libertad, tu independencia. Admiro tu capacidad de que no te importe nada, de que todo te chupe un huevo, o que seas tan genia de guardarte para vos todo lo que sentís. Pensé que con vos no me enganchaba, que no te necesitaba, que te dejaba las puertas abiertas para que puedas volar, pensé. Pero caí en las redes de alguien que sabe hacer trampa mejor que yo. Y caer con alguien así, es encantador.
Con ella nunca hubo término medio, ni medias tintas, nunca necesitó de frenos. Siempre todo fue tajante y muy extremo. Hoy no sé que sentir o tal vez no quiera sentir ni pensar tanto. De que pensar no quiero estoy seguro, pero lo de querer sentirte o no me mete dudas. Bueno, reconozco doy todo por sentirte una vez más. Igual sé que mañana me voy a cagar de risa de lo boludo que fui, queriendo hechizar a la mejor hechicera.
Mejor no hablarle. Con esa indiferencia para qué? Pienso que es mejor liberar tensiones. Sin compromisos. Hoy decido, y no porque quiera pero sí muy seguro de que es lo mejor, ponerle fin a esto, esta es mi jugada por ahora para con esta loca alquimista del amor. Veré su estrategia y volveré a decidir seguramente.
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