No le sirvieron, ni frase de Bukowski, ni el perfume de Antonio Banderas. Y seguramente que tampoco le iba a servir un poema de Neruda, un libro de Hesse, o una pintura de Da Vinci. No le sirvieron todas las palabras que pudo hilar, todos los sentimientos que pudo decir, ni todas las confusiones que pudo expresar. Pero porqué tienen que funcionar todas las cosas? Cuando los astros no están alineados qué se puede hacer? Cuando las cosas todavía no echan raíces, al pedo van en busca del sol. Cuando lo mejor que le puede pasar a dos personas es estar en la misma sintonía, vibrar a la misma frecuencia, tener la mejor onda; las cosas tienen que quedar ahí. Cuando se intenta pasar la delgada línea que separa esto de lo que viene después, las cosas no toman un buen curso. No sé si creer en el destino, prefiero no pensar en eso, pero como una forma de decir; si dos personas están "destinadas" a mirarse desde lejos y sonreír, a mirarse de cerca y sonreír, para qué buscar algo más? No podemos resumir la vida y detener el tiempo en una sonrisa? Es un tonto intento de ir poniéndole fin a las cosas? No nos bancamos que algo no tenga fin? Que algo simplemente sea, como es, y se perpetúe en el tiempo? No sé si sea una buena característica de los humanos el querer definir las cosas, medir, probar, sacar conclusiones, tomar decisiones, lanzarse en busca de respuestas. Los sentidos nos engañan, pero el alma no. Porque sencillamente hay cosas que no tienen respuestas. Porque no son preguntas. Y no son dudas. Son realidades, son verdades que no sabemos manejar ni apreciar; hay cosas que no se deben intentar cambiar, sino solo vivir, sentir. Estamos acostumbrados a creer que todo tiene un final, no estoy muy seguro de esto. Hay cosas que tenemos que aceptar que si bien pueden tener puntos suspensivos, no tienen un punto final. Y que lo mejor que te puede pasar para seguir caminando, es sacarse esa mochila pesada cargada de expectativas. A las cosas que no tienen fin las tenemos que guardar siempre, pero en la casa. Tienen que esperarnos que volvamos a casa. Mientras tanto salir y abrirse a la vida, que está ahí, al alcance del salto. Aunque parezca una contradicción, hay cosas destinadas a no ser, siendo todo. Estas son las cosas que no tienen fin, sobre todo en nuestra memoria. Escucho que tus palabras intentan ponerle fin, a cosas que tu mirada me dice que son eternas. Brindemos por lo que ocultan esos ojos. Brindemos por lo que puede ser y nunca será.
— Signore, fa che io possa sempre desiderare più di quanto riesca a realizzare. Michelangelo.
lunes, 12 de diciembre de 2016
Puede ser y nunca será
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