lunes, 5 de diciembre de 2016

Café y un poco de alquitrán

Que conchudo es el destino, que separa así nuestros caminos. Hace tanto esperé ese momento para por fin encontrarnos, y resulta que se nos escapa de las manos, que tal encuentro no va a poder ser.
Capaz esté tan enceguecido, tan con los ojos vendados, y el destino, universo o karma, solo quieran ayudarme. Mostrarme el camino correcto, el que más me conviene.
Pero tal vez yo no quiera hacerles caso, tal vez no quiera el camino correcto, tal vez quiera sucumbir ante esto que siento, tal vez quiera cometer el peor de los errores, equivocarme mal y, en todo caso, aprender así.
Este bajón me hace un nudo en la garganta y un vacío en el estómago, me quita completamente el hambre, al menos puedo intentar llenar este vacío con café y un poco de alquitrán.
Hay que aprender a dejar fluir ciertas cosas, ciertas situaciones. Entender que no es la primera, ni será la última vez, en la misma situación.

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